Los servicios de diagnóstico por imagen en todas sus modalidades abarcan un amplio espectro de aplicaciones clínicas, desde programas preventivos de enfermedades de alta incidencia en nuestro país, como el cáncer de mama o cáncer de próstata, hasta la caracterización, estadificación y seguimiento terapéutico de enfermedades de todos los campos médicos.
La medicina laboral es otro de los ámbitos donde el uso de imágenes diagnósticas tiene un alto impacto, ya que permite identificar limitaciones anatómicas que impidan la ejecución de algún tipo de actividades, así como la detección de lesiones secundarias al desempeño laboral y con ello implementar medidas de prevención y protección, adquisición de materiales e higiene laboral. Además, es común que en beneficio de la plantilla de trabajadores, muchas empresas implementen programas internos de detección oportuna de enfermedades que puedan afectar por la edad de los empleados, por ejemplo mastografía y ultrasonido ginecológico para mujeres mayores de 40 años o tomografía computada de tórax de baja dosis para detección de alteraciones pulmonares.