Revisión:
La osteoartrosis de cadera puede ser la secuela de múltiples lesiones, entre las que se encuentran los estadios avanzados de la necrosis avascular.
La necrosis avascular, también conocida como necrosis aséptica es el resultado de alteraciones en la microcirculación así como de déficit de los mecanismos de autorregulación de la presión intraósea que llevan a la pérdida de la resistencia para la carga en la cabeza femoral, con la consecuente fractura subcondral seguida del colapso con compromiso del cartílago articular, labrum y ligamentos capsulares. Entre las principales causas de necrosis avascular en la cadera se encuentran el uso de corticosteroides, el acoholismo, estados procoagulantes, traumatismos (luxación de cadera) y con menos frecuencia discracias sanguíneas (por ejemplo: anemia de células falciformes) y el disbarismo. En el presente caso, se debe realizar una extensa evaluación clínica en búsqueda de factores de riesgo u otras condiciones clínicas en esta paciente que expliquen el presente cuadro.
La Resonancia Magnética es una excelente modalidad de imagen con la cual se puede diagnosticar desde estadios tempranos (sensibilidad del 97%, especificidad del 98%)¹ y permite caracterizar adicionalmente el estatus del resto de estructuras osteocapsuloligamentarias. Hay que reconocer que en estadios intermedios y avanzados es posible detectarla con estudios radiológicos y el papel del gammagrama óseo resalta en individuos asintomáticos pero que tienen factores de riesgo que obligan a evaluar cambios tempranos en la viabilidad ósea.
Hay diferentes escalas que permiten categorizarla, la más conocida es la clasificación de Ficat y Arlet, aunque también se encuentra la de la Association Research Circulation Osseus (ARCO)² y la clasificación de Steinberg. En conjunto con el dolor y el deterioro en la ejecución de las actividades de la vida diaria derivan en tratamientos quirúrgicos que van desde la descompresión de núcleo, la resurpeficialización o la artroplastía total de cadera³.